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Experiencias e impresiones

de los (as) alumnos (as)

JAIRO NICOLAS PIEDRAHITA AGUDELO (2020)

Gießen es una ciudad que representa muy bien la realidad intercultural de Alemania. En cualquier calle o supermercado uno puede cruzarse con personas diversas, unas nacidas en Alemania -cuyas raíces pueden ser alemanas o pueden no serlo-, otras que vienen del extranjero, con estudiantes de intercambio de cualquier continente, con refugiados e incluso con turistas. Esto significa una oportunidad para aprender no sólo de las culturas y lenguas europeas, sino también asiáticas, africanas, americanas y también oceánicas. Gießen es considerada como una ciudad universitaria porque casi toda su población tiene que ver, bien sea como estudiante o de otro modo, con universidades como la THM o la JLU, ésta última la empresa más grande de la ciudad. Aunque pudiera resultar pequeña para alguien que viene de Medellín, cuenta con un buen sistema de transporte y, además, es fácilmente recorrible en bicicleta. El tiquete semestral incluido en la matrícula es válido para moverse ilimitadamente dentro de Gießen y para usar trenes que viajan por todo el Estado de Hesse. Lo que hace fácil visitar ciudades como Marburgo o Fráncfort del Meno, Wetzlar o Kassel, Wiesbaden o aun, en la orilla contraria a ésta, Maguncia.

El curso intensivo de alemán al que asistí antes de que iniciara el
semestre de invierno fue inolvidable. Conocí personas encantadoras y algunos de ellos son ahora mis amigos. Varios profesores, al menos seis, se encargaron durante un mes de conducir nuestro aprendizaje de la lengua alemana. También disfruté y aprendí de los seminarios y lecciones en los que participé a lo largo del último año en la JLU. Y aunque alguna vez me encontrara con un tema conocido o que ya había estudiado en el Instituto de Filosofía, los discursos y la manera de abordar los problemas fueron siempre novedosos para mí. Al cambiar el modo de aproximación, el objeto de estudio resulta algo distinto. Haber estudiado en una facultad de ciencias políticas y sociales fue una ocasión para ocuparme de perspectivas interesantes y para intercambiar ideas con profesores y compañeros inspiradores.

Haber hecho un intercambio en esta ciudad en este último año fue una ocasión para vivir experiencias desconocidas que me enseñaron un montón acerca de las culturas ajenas y también sobre mi propia cultura.

Juan Esteban Jiménez Giraldo (2019)

Vivir en Giessen es una experiencia retadora. ¿Para qué salir de Colombia?, es una pregunta a la que me enfrenté antes de decidir si presentarse o no a la convocatoria. La respuesta fue la siguiente: hay que salir de la comodidad de nuestras casas y conocer el mundo. No se trata de acumular experiencias sin ningún sentido, sino más bien de ponerse constantemente a prueba y averiguar si uno es capaz de enfrentar situaciones de incomodidad por su propia cuenta. ¿Hacer cuentas? ¿Comprar tiquetes y organizar todo un viaje? ¿Abrir una cuenta en un banco en alemán? ¿Contratar un seguro médico? ¿Arrendar una habitación? ¿Asistir a clases en inglés y en alemán? ¿Para qué hacer todo eso si en Colombia todo lo tengo resuelto? Esas preguntas fueron un motivo constante de preocupación y de angustia: ¿voy a lograrlo? ¿Lo voy a hacer bien? Al final todo resultó bien.

Vivir seis meses fuera de mi país me enseñó a enfrentar al mundo con amor, con paciencia, con perseverancia y con tenacidad, y Giessen fue el escenario que posibilitó ese proceso de aprendizaje. Los cursos que me ofreció en la JLU, en inglés, francés y alemán se mostraron como un pequeño reto pues debí comprender las diferencias de los modelos educativos y adaptarme a nuevas formas de trabajo y evaluación. Planear viajes para visitar amigos que tengo en Europa también fue un pequeño reto: reservar hostales, planear rutas, comprar tiquetes, calcular gastos; son todas actividades a las que en Colombia nunca me había enfrentado. Vivir en Giessen, mercar, hallar el tiempo para mis deberes también fueron otras tareas que me demandaron establecer una rutina sana que me permitiera cumplir satisfactoriamente con todo. Todo esto me gusta pensarlo de la siguiente manera: Giessen me enseñó a vivir, es decir, a manejar responsablemente mi vida.

También hallé tiempo para amigos y amigas. Los estudiantes de la región de Hesse podíamos, con nuestros carnés, viajar por toda la región de manera gratuita. Así que, con frecuencia, planeamos pequeños viajes dentro de la región: Limburg, Frankfurt, Rüdesheim, Fulda, Weilburg, Kassel, Wiesbaden, Marburg, Wetzlar, fueron algunas ciudades que visité con compañeros; también hice otros viajes un poco más largos a otras regiones; visité la ciudad de Heidelberg, Stuttgart, Freiburg, Köln. También, visité Strasburg, Francia; Madrid y Valencia, España. En todos estos lugares aprendí algo nuevo. Además, el Stadtbüro regaló a los estudiantes recién llegados a Giessen tiquetes para ir al cine, por eso siempre tuve cosas para disfrutar al máximo de la ciudad y la región.

Andrea Gallego Restrepo (2019)

La experiencia de mi intercambio en Giessen la describiría como una puerta a nuevas experiencias y como una posibilidad para conocerme mejor a mí misma y a los otros. A través de las vivencias de otros aprendí a vivirme a mí misma en un entorno totalmente diferente.

Gracias al intercambio tuve la oportunidad de conocer un ámbito académico que encontré muy enriquecedor y un ambiente social en que logré establecer relaciones bastante significativas. La ciudad y la universidad me ofrecieron una experiencia que lejos de los perjuicios o problemas me ayudó a entender mejor la diversidad del mundo y de pensamientos. La oferta de los cursos de alemán me permitió avanzar de forma rápida en mi conocimiento del idioma y la práctica diaria del mismo hizo que este se volviera mucho más amigable inclusive ya en los últimos niveles. Además viajé a otras ciudades de Alemania y otros países de Europa lo cual me ayudó a abrir todavía más mi perspectiva sobre aquello que me era desconocido. El intercambio me dejó un cambio bastante importante en mi forma de ver el mundo y a mí misma, además me permitió construir caminos que no pensé fueran posibles tanto intelectual como emocionalmente.

Lizeth Marín Buitrago (2017).

Más que dar a conocer datos puntuales, pienso que compartir una experiencia es compartir un aprendizaje. La narración y comunicación de experiencias no consiste en pasar un informe sobre el itinerario con el que se realizó la visita a un lugar. Precisamente el propósito de la comunicación de experiencias es que éstas no sean recibidas con una actitud pasiva como si se tratase de un instructivo para conocer París. Además, el límite de palabras de la presente reseña no permite que me detenga tanto en hechos puntuales como en aprendizajes. Por eso prefiero simplemente compartir algo que aprendí acerca de qué es una experiencia en un intercambio: El primer paso para tener una experiencia es estar dispuesto a ella. En ese sentido, mi experiencia con el intercambio fue una continua disposición hacia el entorno. Pienso que todo lo que obtuve tanto en el ámbito académico como en el personal fue gracias a esta actitud, la cual podría dividir en dos principios: 1. No dejar que la experiencia de otros reemplace la mía, y 2. Encontrar la forma de tener experiencias sustanciales con lo mucho o poco que me pueda ofrecer el entorno, en lugar de criticarlo destructivamente. Esto último quiere decir: no reproducir aquella actitud soberbia de nuestros días según la cual nuestro entorno no nos es suficiente y no tiene nada para decirnos. Esta actitud es sólo un síntoma  de la incapacidad ante la que nos encontramos para escuchar y tener experiencias. Pienso que resulta lamentable volver de una estadía en un país extranjero sin ningún tipo de experiencia valiosa y comunicable, más que la confirmación forzada de prejuicios establecidos antes de tal estadía. Así pues, me siento bien al decir que en este intercambio tuve experiencias perdurables, en lugar de vivencias que no toquen ni muevan mi vida de ninguna manera. Esto tanto en el aspecto académico como personal. Una nueva Universidad, un nuevo lugar y nuevas personas te pueden ofrecer en la medida en que estés dispuesto a recibir, y viceversa.

Leandro Sánchez Marín (2017)

Mi experiencia en Alemania como estudiante de intercambio se ha integrado como un momento importante en mi vida. Me ha ayudado en la formación personal y me ha permitido ver que el mundo no se agota en las fronteras de mi país. El contacto con un mundo muy diferente al mío ha sido la posibilidad de conocer una diversidad de cosas que parecían interminables. La vida cotidiana en un país lejano y el contacto con muchas personas culturalmente diferentes me ha hecho comprender lo valioso de la interacción con ellas, que por diversos motivos no comparten un conjunto de creencias y un rango de valores igual al mío, pues sólo en el contacto con la diferencia uno descubre su identidad. La vida en Alemania fue un momento inolvidable que de ahora en adelante me acompañará por el resto de la vida. Bien vale la pena atreverse y salir a buscar eso que aún es desconocido y que siempre está dispuesto para ser descubierto. Aunque los miedos a lo desconocido son naturales en nuestros días, solamente se pueden superar si se asumen con decidida seriedad, es decir, si se enfrentan y uno decide hacer de ellos el motor de la aventura. Sin duda, mi formación se ha fortalecido y la experiencia europea se ha convertido en algo vivo para contar.

Andrés Arroyave Muñoz (2017)

Ser estudiante universitario en Gießen acarrea muchas ventajas. No simplemente se tiene la posibilidad de conocer a muchísimas personas de distintas nacionalidades –pues Gießen se caracteriza por acoger a una gran cantidad de estudiantes de todo el mundo–, sino que se puede recorrer el estado de Hesse utilizando solamente el carnet de estudiante. Ciudades como Frankfurt, Marburg, Kassel, Wetzlar o Wiesbaden son lugares muy cercanos a Gießen y a los cuales se puede llegar fácilmente utilizando los trenes. Son ciudades con una gran variedad cultural y con sitios conmemorativos impresionantes. Gießen, y Alemania en general, es una ciudad muy limpia y su gente es muy amable. En su mayoría, las personas hablan inglés y ofrecen su ayuda. Sin embargo, esto puede deberse a que, como ya se señaló, en esta ciudad abundan los estudiantes de intercambio; pero es gratificante encontrarse con personas que pertenecen a culturas tan diversas. En cuanto al campo académico, Gießen ofrece dos grandes instituciones: la Justus-Liebig Universität (JLU) y el Technische Hochschule Mittelhessen (THM). Ambas entidades ofrecen una variedad de carreras para los estudiantes y sus sedes están distribuidas por todo Gießen. Es de resaltar que las instalaciones son adecuadas: los salones cuentan con todo el equipamiento necesario, ambas instituciones cuentan con restaurantes estudiantiles económicos, así como con diversas cafeterías. En resumen, pasar un tiempo como estudiante de intercambio en Gießen es gratificante más que todo por la experiencia de conocer nuevos lugares, nuevas culturas, personas completamente distintas y un método distinto de enseñanza.

Jhoan Sebastián David Giraldo (2016)

Hace un año tuve la oportunidad de acceder a una beca de intercambio académico en Gießen, Alemania. Esta ha sido una de las experiencias más significativas en mi vida, en la medida que representó un reto tanto académico como de vida. Tuve la oportunidad de conocer una nueva cultura, con sus costumbres particulares, que han representado un nuevo aprendizaje en mi vida. Museos, idioma, diferentes lugares y comidas típicas, arquitectura, etc., son algunas de las cosas que uno sobre las que uno puede aprender. Aunque las prácticas sociales no son radicalmente opuestas sí hay ciertas diferencias en la forma en el desarrollo de la vida diaria. Esto ayudó a dejar de lado muchos prejuicios que tenía con respecto a Alemania y otros lugares que conocí en Europa. Compartí con personas de muchas partes del mundo, algunas de ellas me enseñaron su cultura, especialmente sobre comida, a preparar algunos platos, algo que fue sumamente grato para mí, pues me encanta la cocina. Si bien ya había estudiado alemán algún tiempo, al principio se me hizo un poco difícil intentar comunicarme a un idioma distinto al español. Me sentía muy flojo y quedado con el idioma, pero tuve la oportunidad de mejorar considerablemente el uso de la lengua alemana. Así pues, con el tiempo la adaptación al alemán se fue haciendo un poco más fluido, aunque no dominado en su totalidad. Igualmente se va haciendo más fácil la adaptación al país y sus prácticas diarias, sin tantos temores como cuando recién se llega. Alemania me ha llenado de una enriquecida experiencia cultural y académica.

Manuela Santamaría Moncada (2016)

Un intercambio no es una experiencia únicamente académica, es una experiencia vital compleja y llena de matices. Me presenté a la convocatoria porque tengo la convicción de que la inmersión cultural es fundamental en el aprendizaje de un idioma, sobretodo si se trata de un idioma como el alemán. Asimismo, me interesaba la oportunidad de un intercambio académico en otra universidad y en otro país. Gießen es una ciudad pequeña, pienso que esto es favorable, pues vivir directamente en una ciudad grande puede ser más costoso y también abrumador si uno nunca ha vivido por su cuenta. Por otro lado, Gießen se encuentra bien ubicada, está relativamente cerca de Frankfurt de modo que uno puede visitarla regularmente. También hay otras ciudades cercanas como Marburg, Mainz y Wiesbaden que  pueden visitarse gratuitamente. Gießen es una ciudad estudiantil, y la universidad tiene diferentes programas para integrar a los estudiantes de intercambio. Allí viven estudiantes de todas partes de Alemania y del mundo. Adicionalmente, cada semestre llegan muchos estudiantes de Europa por el programa ERASMUS y también estudiantes de África y Latinoamérica. En el curso de alemán que incluye la beca, pude conocer a muchas personas con las que seguí compartiendo durante el intercambio y con las que sigo en contacto. En los cursos intensivos de alemán, también compartí con estudiantes de culturas muy diferentes, había gente de Kazajistán, Vietnam, Omán, Siria, Bulgaria, entre otros. Además de poder practicar inglés y aprender alemán, en el intercambio tuve la oportunidad de viajar mucho y de familiarizarme con diferentes culturas. A pesar de que mi área complementaria es en política, decidí tomar cursos (Vorlesungen) de literatura. En estas conferencias se invitó a profesores de toda Europa expertos en el tema. Estas conferencias y los demás seminarios en política y literatura me permitieron hacerme una idea de las diferencias entre el sistema educativo europeo y el de mi país. En conclusión, quisiera resaltar que el intercambio es una experiencia enriquecedora no solo académicamente sino en cuanto experiencia personal.

Yesid Cano Castro (2015)

En el año 2015 tuve la oportunidad de hacer un intercambio académico a la Universidad de Gießen Alemania. Todo comenzó gracias a un correo electrónico que envió el instituto anunciando la convocatoria. Para ser honesto, inicialmente ignoré dicho mensaje; pues me parecía que era algo imposible de alcanzar. Además de tener que ganar la beca veía muchas barreras económicas. Sin embargo me decidí a hacerlo. El proceso de selección avanzaba y tiempo después me informaron que había ganado uno de los cupos ofrecidos para la beca DAAD- ISAP. Allí comienza una carrera contra reloj para conseguir apoyo económico y reunir todos los documentos requeridos, tanto para la visa como para la aplicación oficial a la universidad de Gießen. Fueron momentos difíciles en los cuales conté con la ayuda de todos los directivos del Instituto de filosofía. El momento esperado llegó. En marzo del 2015 volé primero a España y luego a Alemania. Una vez allí comenzó la verdadera aventura: entender cómo las cosas funcionaban en este lugar completamente desconocido para mí. La primera semana fue difícil; sin embargo allí conté con la ayuda de la oficina de relaciones internacionales en Gießen. Además, tuve la suerte de conocer varias personas que pertenecen al instituto y están viviendo en Gießen, quienes también me ayudaron a traducir la nueva realidad a lo que yo estaba acostumbrado. Con el tiempo me acostumbré a esta nueva forma de vida, y cada día que pasaba disfrutaba más esta experiencia. Con respecto a las clases no tuve ningún problema ya que la metodología era la misma que la del Instituto de Filosofía. Esta fue una experiencia que me ayudó a crecer académicamente y personalmente. El hecho de compartir todos los días con personas de todas el mundo me enseñó cosas que no se aprenden en ningún libro.

Pedro Alejandro Jurado Castaño (2015)

El intercambio académico que promueve el programa de becas hizo parte de mi proceso de formación de posgrado. Las actividades académicas en la Universidad de Gießen nutrieron mi proyecto de maestría y ampliaron el marco de temáticas abordadas en esta etapa de formación. Las sesiones y encuentros en los espacios de estudio con profesores, compañeros alemanes y de otros estudiantes de distintas nacionalidades me permitieron conocer diferentes maneras de interacción en un ambiente de diversidad, pluriculturalidad y apertura. Además de lo vivido dentro de las actividades académicas, el intercambió me proporcionó un espacio de inmersión ideal para continuar mi proceso de aprendizaje del idioma alemán, conocer directamente de la cultura del país y relacionarme con la manera en que viven y piensan algunos de sus habitantes. Pude conocer varias ciudades y lugares llenos de tradición y valor histórico para Alemania y, además, pude viajar a otros países cercanos en Europa que siempre quise conocer. Todo el intercambio fue una experiencia personal que jamás olvidaré. Y, sobre todo, ser becario del DAAD me ha permitido tener mejores expectativas académicas y profesionales futuras.

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